“Salvador Romero ha administrado las elecciones más difíciles, probablemente, de la historia democrática del país”, afirmó el periodista Tuffí Aré.
La “imprecisión” de las encuestas previas a la votación, la “incertidumbre” ante la falta de información sobre los resultados y el “inesperado” desenlace del proceso electoral fueron los ejes del análisis que protagonizaron los periodistas Tuffí Aré y Julio Peñaloza, quienes fueron los invitados del programa Piedra, Papel y Tinta de este martes.
Piedra, Papel y Tinta es un espacio de debate que se trasmite a través de las plataformas digitales de La Razón. Es conducido por la directora de La Razón y Extra, Claudia Benavente.
Aré partió por señalar que durante el último periodo hubo una “feroz disputa por el poder” que podía resolverse por dos vías: la democrática o la violenta. “Por momento hemos tenido el riesgo de irnos por la vía violenta, pero por fortuna hemos llegado al día domingo pasado, en el que luego de un proceso de crisis política derivada de esa pugna por el poder; hemos podido canalizar mediante el voto nuestras diferencias y encontrar una salida democrática”, afirmó.
También hizo énfasis en la incompatibilidad que hubo entre los resultados finales de las elecciones y los sondeos previos que las empresas encuestadoras le ofrecieron a la población. Aseguró que las encuestas que desarrollaron las empresas dedicadas a este rubro tuvieron “limitaciones metodológicas”, ya que no se realizaron “cara a cara” y tampoco llegaron al área rural.
En relación a la labor del Tribunal Supremo Electoral (TSE), indicó que la suspensión del sistema de Difusión de Resultados Preliminares (Direpre) despertó “susceptibilidad” en la población, y ése todavía es un tema “que merece una explicación”. Aseguró que, si “hubiera sido más apretada la diferencia”, aún se podría estar viviendo un clima de incertidumbre.
Sin embargo, subrayó que “Salvador Romero ha administrado las elecciones más difíciles, probablemente, de la historia democrática del país, por todos los antecedentes de cómo llegamos a esa elección”.
El periodista cruceño dijo que, tras las elecciones, se puede evidenciar que hay “buenos vencedores y malos vencedores”, así como “buenos perdedores y malos perdedores”. Hizo referencia a los sectores que protestan por los resultados y señaló que estas acciones se deben a una “desorientación” y “malestar”, pero son actos que “hay que canalizarlos, por la vía institucional, antes de que eso se complique”.
En un análisis general sobre el campo político, sostuvo que los “errores” de los frentes opositores al Movimiento Al Socialismo (MAS) empezaron con la “pésima gestión del Gobierno transitorio, que termina salpicando y arrastrando a todo ese bloque”; mientras que la victoria del partido de Luis Arce estuvo vinculada a una “excelente estrategia de campaña”, que parte con la elección de un “buen binomio”.
Por su parte, Julio Peñaloza afirmó que en noviembre de 2019 “hubo un golpe de Estado”, en el que el entonces presidente Evo Morales fue “gentilmente forzado” a renunciar a su cargo por el general Williams Kaliman. Acotó que, ante ese vacío de poder, se procedió “a la boliviana” y se puso a “la política por delante de la institucionalidad y del ordenamiento jurídico”.
El periodista también se refirió a las encuestas y dijo que tanto las empresas que las aplicaron como los intérpretes de ellas “quisieron forzar las lecturas”. “Veo a Raúl Garáfulic, de Página Siete, empatando los números del MAS con Carlos Mesa, y seguramente en este momento debe sentirse bastante desolado”.
“Las encuestas se han equivocado más o menos parecido a como se equivocaron en 2005, cuando Evo Morales le gana a Tuto Quiroga por 54 (puntos porcentuales), casi 54 contra 28”, acotó Peñaloza.
Ante esas imprecisiones y el vacío informativo en la jornada electoral, señaló que debe haber una evolución tecnológica “absolutamente radical” en el país, respecto a los procedimientos que se aplican al momento del escrutinio.
Sin embargo, coincidió con su colega cruceño y resaltó la labor del TSE en estas elecciones, pese al desfase que tuvo en cuanto a inmediatez en la difusión de los resultados. Salvador Romero “es el hombre más calificado en Bolivia para el conocimiento de la problemática electoral en el país”, aseguró.
En un análisis poselectoral, Peñaloza apuntó que, si bien hay un claro ganador que es el binomio de Arce y Choquehuanca, también hay un “ganador-perdedor” que es Luis Fernando Camacho, quien triunfó en Santa Cruz de manera “contundente, nítida e incuestionable”, pero solo logró nueve puntos de diferencia con relación al MAS en esa región.
También hizo una breve revisión a la gestión del Gobierno de transición y advirtió que quienes “se quedaron con el Gobierno” fueron Arturo Murillo y Óscar Ortiz. “Quienes empiezan a manejar el Gobierno y se van deshaciendo de los incordios son Ortiz, Murillo y la propia Jeanine, que forma parte de los Demócratas”, acotó.
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