El pequeño anticuerpo no permite al virus deslizarse hacia las células, evitando de esta manera la infección, explican los científicos.
Investigadores del Instituto Karolinska de Suecia han identificado en una alpaca un nanocuerpo, un anticuerpo de pequeño tamaño, que podría bloquear la entrada del SARS-CoV-2 en las células humanas. Los científicos han expresado su confianza de que el descubrimiento pueda servir para desarrollar un tratamiento antiviral contra el covid-19.
"Esperamos que nuestros hallazgos puedan contribuir a la mejora de la pandemia de covid-19 al fomentar un examen más detenido de este nanocuerpo como candidato terapéutico contra esta infección viral", comunicó este 4 de septiembre Gerald McInerney, autor del estudio y profesor asociado de virología de la institución educativa.
Extraído de una alpaca
Este nanocuerpo -un fragmento de anticuerpos que se encuentran naturalmente en los camélidos y que pueden adaptarse a los humanos- fue extraído de una alpaca, después de que en el pasado febrero los investigadores inyectaran al animal la proteína del pico que utiliza el coronavirus para ingresar a las células. Los resultados del estudio revelaron que después de 60 días las muestras de sangre de la alpaca contenían una fuerte respuesta inmune contra ese elemento.
Tras el hallazgo, los científicos pasaron a "clonar, enriquecer y analizar secuencias de nanocuerpos de las células B de la alpaca, un tipo de glóbulo blanco, para determinar qué nanocuerpos eran los más adecuados para una evaluación adicional". Durante el proceso, lograron identificar a uno, al que llamaron Ty1, capaz de neutralizar de "manera eficiente" al coronavirus, "al adherirse a la parte de la proteína del pico que se une al receptor ACE2, que es utilizado por el SARS-CoV-2 para infectar las células". "Esto evita que el virus se deslice hacia las células y, por lo tanto, evita la infección", explicaron los autores del estudio.
Los nanocuerpos tienen varias ventajas sobre los anticuerpos convencionales, ya que tienen menos de una décima parte de su tamaño y, generalmente, son más fáciles de producir a gran escala.
"Fundamentalmente, se pueden adaptar para humanos con los protocolos actuales y tienen un historial probado de inhibición de infecciones respiratorias virales", destacaron los investigadores.
"Ahora nos estamos embarcando en estudios preclínicos en animales para investigar la actividad neutralizante y el potencial terapéutico del Ty1 'in vivo'", concluyeron.
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