El uruguayo marcó los dos goles que le dieron la victoria al equipo culé, que inició perdiendo ante el Inter de Italia. Sumó cuatro puntos que lo deja en la segunda posición del grupo F de la Liga de Campeones
El Barcelona se llevó un triunfo contra el Inter (2-1) que ni en sus mejores sueños pudo llegar a pensar que obtendría después de que su rival se lo merendase en la primera parte, pero sin rematarla, algo que sí hizo el uruguayo Luis Suárez, quien marcó los dos goles de su equipo en el segundo acto.
Reñido con el gol en las dos anteriores Champions, apareció la mejor versión de Suárez, que marcó dos goles que llevan a su equipo a lo alto de la clasificación.
Al Inter le costará digerir lo que dejó escapar esta noche en el Camp Nou, ya que después de cuajar una gran primera parte, que pudo haber cerrado con un marcador mucho más amplio que el 0-1 con el que acabaron los primeros 45 minutos, acabó perdiendo el partido.
El Barça se salvó de una buena en la primera parte, porque el Inter se lo comió en casi todos los aspectos. A excepción de unos buenos minutos de los azulgranas antes del minuto 20, en el que el acoso finalizó con un disparo alto de Busquets, casi el resto de la primera parte fue del Inter.
Y no tanto por el dominio como por la seguridad mostrada y la fiabilidad en sacar el balón, incluso desde su área, que en ocasiones acabó en contragolpes peligrosos.
El Barcelona se vio sorprendido en el minuto 3, cuando Lautaro recibió en largo, superó la marca de Lenglet y batió por bajo a Ter Stegen (0-1). Al Barcelona no le entró pánico, porque ya se le veía que iba con el pulso bajo y le costó acelerarlo.
El Inter, con un 3-5-2 ya clásico en las alineaciones de Antonio Conto, ahogó al Barcelona desde la creación junto a Ter Stegen. Cuando el balón llegaba al centro del campo, se perdía unos movimientos sin nada con lo que atemorizar al rival.
Así, los interistas vivían desahogados, mientras en el Barça ni los balones que tocaba Messi generaban ninguna expectativa para activar a un equipo que iba a medio gas y que su mejor arma, la presión y el rápido movimiento del balón, no aparecía.
El primer disparo de los azulgranas llegó al cuarto de hora, en un cabezazo de Griezmann.
Mientras, el Inter no se lo pensaba dos veces para lanzar contragolpes por todos los flancos. Ter Stegen se llevó un susto que estuvo a punto de acabar en gol, aunque la jugaba fue anulada por fuera de juego.
No había huecos para el Barcelona y cuando encaraba una acción ofensiva, hasta ocho jugadores del Inter se arremolinaban junto al área en dos líneas casi inexpugnables. El Barça entendió que iba a ser un partido muy complicado y con pocas ocasiones para ellos.
En el minuto 20, el Barcelona tuvo sus instantes más insistentes, pero carentes de acierto ante la meta rival. Después del disparo sin peligro de Busquets, a Messi le salió otro en el 25 sin consecuencias.
El grupo de Antonio Conte apretó porque veía que el segundo podía caer, como también lo estaba imaginando el Camp Nou, que asistió disgustado a seis minutos en los que el área azulgrana estuvo sitiada.
En el 33, Semedo se echó al suelo para sacar un remate claro de Barella, que acabó en córner. En el 37, Ter Stegen hizo la parada de la noche ante un cabezazo de Lautaro, mientras que en el 40 Sensi lanzó un potente disparo tras llegar con mucha facilidad, que no acabó en gol, pero activó los primeros silbidos desde el graderío.
El Barcelona despertó del letargo en el segundo tiempo, en el que volvió a toparse con un rival sin casi fisuras, pero al que empujó más hacia su área, a pesar de que eso no evitó que los de Conte lo hicieran fácil, especialmente cuando intentaron salir con el balón controlado o lanzar algún contragolpe.
La intensidad del Inter no decayó, pero un cambio del Barcelona, con la entrada de Arturo Vidal en el 52 por Sergio Busquets, hizo modificar el tempo del partido. El chileno, al minuto de estar en el campo, ya tuvo la primera oportunidad, pero su disparo en la frontal chocó en un rival.
Tras una larga jugada del Barça, con lentitud, el balón fue de Messi a Griezmann, para acabar en un centro hacia Luis Suárez, quien desde fuera del área conectó una volea que acabó en el fondo de las mallas (1-1).
Era el 58 y el Barcelona había logrado lo que parecía imposible, marcarle un gol a una impenetrable defensa del Inter, rocosa y poblada. En el minuto 61, poco antes de ser sustituido por Dembélé, Griezmann tuvo una oportunidad inmejorable pero su disparo con la zurda acabó en el lateral de la portería de Handanovic.
A Valverde le habían salido bien los dos cambios por el momento, especialmente porque el Barça encontró su ritmo ante un Inter que apostó más por la contención.
Messi se dejó la jugada del partido para el tramo final, cuando se pegó el balón a la pierna izquierda hasta el área, donde vio a Luis Suárez desmarcado y, después de fintar a un rival tras un control orientado, marcó el gol de la victoria (2-1).
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