Amparándose en el derecho a la información y el interés periodístico, la red social anuncia un cambio en sus cláusulas de uso: no etiquetará ni eliminará las publicaciones de grupos políticos
La campaña electoral de las presidenciales estadounidenses en 2020 se antoja caldeada. Y las redes sociales volverán a ser caldo de cultivo de la propagación de noticias falsas. Facebook, como la mayor red social del mundo, tiene algo que decir. Pero va a ser cuestionado. La compañía ha anunciado este martes un cambio en sus políticas de uso que no va a eliminar ni verificar la veracidad de los mensajes políticos incluso si violan las cláusulas.
Con esta decisión la plataforma va a permitir a los políticos comunicar en sus anunicios pagados lo está prohibido al resto de usuarios. Una medida que, según ha defendido en un comunicado Nick Clegg, vicepresidente de Asuntos Globales y Comunicaciones de Facebook, se debe a que la red social no debe «arbitrar debates políticos» y «evitar que el discurso de un político llegue esté sujeto a debate público».
«¿Sería aceptable para la sociedad en general que una compañía privada se convirtiera en un árbitro autoproclamado para lo que dicen los políticos?», se pregunta Clegg, que anteriormente fue viceprimer ministro de Reino Unido hasta 2015. «No creo que lo sea», sostiene. Facebook se ha inclinado hacia la exención de contenidos si estos tienen interés periodístico. Lo que significa que si un usuario hace una declaración o comparte una publicación que infringe los estándares de la plataforma se permitirá si considera que «el interés público en conocerla supera el riesgo de daño».
De tal manera que la empresa ha elevado a la categoría de «interés periodístico» los discursos políticos que, como regla general, «debería ser visto y escuchado». «Al equilibrar estos intereses, tomamos en cuenta una serie de factores, incluidas las circunstancias específicas de la región, como la convocataria de elecciones o si el país está en guerra, así como la naturaleza del mensaje», añade.
Las plataformas de redes sociales están bajo presión para bloquear una posible interferencia en las elecciones y ser más transparentes acerca de los contenidos que albergan, muchos de ellos con falta de rigor informativos o directamente bulos. El nuevo protoloco no eximirá, sin embargo, de publicaciones extremistas. La red social va a eliminar las publicaciones de un dirigente político o asociación «incita a la violencia» o «presenta un riesgo de seguridad».
Facebook sigue así los pasos de la red Twitter, que el pasado junio anunció que tiene previsto identificar los mensajes o «tuits» de perfiles de relevancia que vulneran sus reglas de uso. Su solución consiste en que, en el momento en el que se detecta una publicación inapropiada, se mostrará entre los usuarios una alerta calificándolo como «ofensivo».
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