El presidente ruso ha firmado el texto que pone fin a las obligaciones del país en el denominado Tratado INF tras la salida de EE.UU. el pasado mes de febrero.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha firmado una ley federal que pone fin a la participación de su país en el Tratado sobre misiles de alcance medio y corto (INF, por sus siglas en inglés), del que EE.UU. se había retirado en febrero.
El texto, previamente presentado por el mismo Putin ante los legisladores rusos, desliga oficialmente al país de sus obligaciones en el tratado, pero estipula que el jefe de Estado ruso podrá tomar una decisión sobre una reanudación del acuerdo.
Washington había acusado a la parte rusa de incumplir las normas de este acuerdo bilateral sin presentar prueba alguna de ello. Moscú ha negado los señalamientos y, por el contrario, ha acusado a la parte estadounidense de violar el pacto con sus misiles de crucero de alcance medio.
El Tratado INF estaba considerado como uno de los cimientos del moderno régimen de supervisión y control para la no proliferación de armas nucleares. Tras su abandono, el presidente de EE.UU., Donald Trump, amenazó con reforzar el arsenal atómico de su país, mientras que Rusia alertó de que esa decisión conllevaría una carrera armamentista con graves consecuencias globales.
¿Qué es el INF?
El Tratado INF fue firmado en 1987 entre la URSS y Estados Unidos con el objetivo de eliminar los misiles balísticos y de crucero con base en tierra que tuvieran un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros, tanto nucleares como convencionales.
Este histórico acuerdo marcó la primera vez que las superpotencias acordaron eliminar una categoría completa de armas nucleares e introducir un mecanismo de inspecciones 'in situ' para su verificación. El pacto conllevó una distensión en el ámbito político europeo en el tramo final de la Guerra Fría.
El tratado no afectaba a los misiles con base en aire y mar, áreas en las que EE.UU. tenía una clara ventaja estratégica, por lo que la suscripción por parte de la Unión Soviética fue vista como un gesto de buena voluntad.
¿Quién violó el tratado?
A pesar de que Rusia cumplió con su parte del acuerdo, EE.UU. sigue afirmando ―citando datos clasificados de su inteligencia―, que el país ha estado desarrollando en secreto misiles de alcance intermedio, en particular, unos proyectiles que supuestamente pueden ser disparados desde los sistemas de lanzamiento táctico-operacional Iskander-M, desplegados a lo largo de la frontera occidental rusa.
Los misiles rusos en cuestión corresponden a los Novator 9M729, que según el país norteamericano tendrían un alcance prohibido de al menos 3.000 kilómetros. Sin embargo, el Ministerio de Defensa de Rusia afirma que el rango de esos proyectiles no sobrepasa los 480 kilómetros y es incluso 10 kilómetros menor que el de su predecesor, el 9M728.
Por su lado, Moscú acusa a Washington de haber incumplido el Tratado INF al instalar en Europa lanzadores antimisiles Aegis Ashore, que pueden emplearse asimismo para disparar misiles de crucero, así como al realizar pruebas de vuelo de misiles balísticos cuyas características imitan a los que fueron prohibidos en el INF, como los Hera, MRT, Aries, LV-2, Storm, Storm-2 y MRBM.
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