El TJUE dictamina que las compañías que envíen datos de terceros a la red social deben informar a los usuarios
No corren buenos tiempos para la protección de la información en el entorno digital. Especialmente si hablamos de redes sociales. Y es que, si hace tan solo una semana el Gobierno de Estados Unidos confirmaba la histórica multa de 5.000 millones de euros a Facebook debido al escándalo de Cambridge Analytica, ayer el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) afirmó que aquellas páginas que cuentan con un botón de «Me gusta» dentro de su sitio web están ayudando a rastrear a los usuarios.
Así lo ha demostrado el caso de la firma alemana de comercio electrónico Fashion ID. Esta compañía, que fue acusada por una asociación de consumidores, contaba con un botón de «Me gusta» de Facebook en su página. Cada vez que un usuario lo pulsaba, la empresa enviaba toda la información de aquel que interactuaba con la herramienta directamente a Facebook Ireland, una sucursal de la tecnológica estadounidense ubicada en el país europeo. Independiente de que la persona en cuestión contase o no con perfil en la red social.
Con el fin de ponerle freno a esta actividad, desde el TJUE se ha dictaminado que aquellas compañías que compartan datos de terceros con Facebook a través del empleo del botón «Me gusta», tendrán la obligación de informar a los visitantes sobre dicha conducta. La corte señala, a su vez, que el administrador de la página de una empresa puede tener acceso a la información de los usuarios de forma anonimizada. Es decir, que la cadena de datos a través de los cuales una persona pueda ser rastreada se encuentre fragmentada.
Esto implica, que tiene en su poder tanto datos demográficos sobre los visitantes (sexo, edad, profesión, intereses) como geográfica. Pero que esto no exime a la firma de la responsabilidad de informar a los visitantes acerca del tratamiento de sus datos. De las consecuencias que lleva implícitas el interactuar con el botón de «like».
Expertos en informática consultados por ABC señalan que, en muchas ocasiones, las mismas empresas no saben lo que implica que un usuario interactue con una herramienta diseñada por Facebook. Simplemente las emplean con el fin de que la red social premie su contenido y, de este modo, puedan llegar a un número de gente mayor.
«A una compañía le interesa tener seguidores en redes sociales para poder llegar a más gente. Sin embargo, en casos como este, la mayoría de las veces ni siquiera son conscientes de que están enviando datos de sus consumidores a Facebook», señala a este diario Lorenzo Martínez, director de la consultora informática española Securízame.
Respecto a la necesidad de la red social de hacerse con los datos de los usuarios, incluso de aquellos que no forman parte de la red social, Martínez afirma que la información es un bien muy importante para Facebook. Gracias a esta, la empresa de Mark Zuckerberg puede «perfilar a los usuarios en base a sus gustos. Saber cómo son, cuantos años tienen, cuál es su sexo o qué les interesa».
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