El fundador de Facebook anuncia un replanteamiento para combatir los vídeos manipulados de una manera más ágil y rápida
La desinformación en redes sociales se ha convertido en un problema. En una lacra que para lo antes posible. Pero mientras se encuentran mecanismos para combatir las llamadas «fake news» o noticias falsas, otra tendencia empieza a coger fuerza, los vídeos manipulados que se engloban en una reciente estrenada etiqueta, «deep fakes». Y, por ahora, no hay fórmula de detectarlo rápidamente.
No manera, de momento, de bloquear este tipo de contenidos malintencionados que están fabricados de tal manera que puede llegar a confundir con la más absoluta realidad. Y es un quebradero de cabeza para Facebook. Hasta tal punto que, al final, se ha tenido que mojar y bajar al barro. Mark Zuckerberg, creador del imperio digital, ha adelantado que prepara unas futuras políticas para combatir este tipo de vídeos manipulados.
Lo hace después de asumir un «error de ejecución» y una «reacción tardía» la decisión de marcar como falso un vídeo alterado de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, en donde se mostraba a la dirigente demócrata aparentemente ebria y retorciendo su discurso para general polémica. Sucedió el pasado mes y se compartió rápidamente en Facebook, Twitter o YouTube. Este último servicio, sin embargo, y después de una serie de denuncias por parte de usuarios por supuesta violación de las políticas de uso, eliminó el vídeo.
Facebook ni siquiera eliminó el vídeo; tan solo limitó su distribución advirtiéndole a los usuarios que podría ser falso. Ante este hecho, la dirigente política cuestionó los intentos de la compañía en resolver el problemas de las noticias falsas y apuntó que el incid
ente demostraba que permite la injerencia en las elecciones. En una conferencia en Aspen (Colorado), Zuckerberg ha reconocido que al sistema de revisión automática de la red social se llevó «un tiempo para marcar el vídeo» y «para que los verificadores -personas- pudieran calificar los hechos como falso». A su juicio, «durante ese tiempo se generó una gran distribución, más de lo que nuestras políticas de uso deberían haber permitido».
El propio «Zuck» fue incluso objeto de este tipo de vídeos manipulados, pero ateniendo a una supuesta libertad de expresión dejó que se difundieran por sus servicios digitales. «Es un un área importante a medida que la tecnología de Inteligencia Artificial mejora». Criticado por subestimar las campañas de manipulación durante las elecciones presidenciales, Facebook se enfrenta, desde entonces, a una crisis de reputación. Pero ha cambiado de discurso, porque ahora el directivo ha querido enarbolar la privacidad de los datos. Un relato que contradice con las prácticas llevadas a cabo por la multinacional estadounidense.
De hecho, Zuckerberg ha defendido que las autoridades y legisladores de EE.UU. deben ser «parte responsable» en la regulación de las empresas tecnológicas. «No tenemos los medios para detener (las acciones de) el gobierno ruso», mientras que «nuestro gobierno es el que tiene las herramientas para presionar a Rusia, no a nosotros», argumentó.
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