Copa pos-Neymar, el gran reto de Messi

La estrella brasileña se lesionó en un amistoso previo al debut de la Canarinha, pero el astro argentino sigue en carrera y con grandes posibilidades de llevar a su combinado a la gloria del torneo de selecciones 


La Copa América comienza este viernes como el gran reto de Leo Messi, con Brasil tratando de recomponer la figura tras la pérdida de Neymar, con un defensor del título, Chile, lleno de dudas y con un "tapado", Uruguay, que espera su oportunidad.
Pasado el ‘tsunami Neymar’, que acaparó los titulares en los días previos, Brasil evalúa daños. La goleada por 7-0 a Honduras en el amistoso del domingo fue el bálsamo que estaba necesitando.
La Canarinha era la gran favorita, tenía un proceso consolidado con Tite y a un Neymar dispuesto a relanzar su carrera. Pero los problemas físicos y personales han acabado por descarrilar a su gran estrella y el anfitrión vuelve la vista ahora hacia el grupo, a un equipo que no puede volver a defraudar a su afición -tras la estrepitosa eliminación ante Alemania en el Mundial de 2014-, ni convertirse en la primera selección brasileña que no gana el torneo sudamericano cuando es el anfitrión.
Curiosamente, la ausencia de Neymar aumenta la presión sobre Leo Messi.‘La Pulga’, que cumplirá 32 años durante el torneo, comienza a descontar las ocasiones que tiene de conquistar con la Albiceleste el título que le exige la afición.
Argentina es una incógnita, porque llega a Brasil al comienzo de un nuevo proceso, con un técnico joven y sin currículo, Lionel Scaloni -tutelado por César Luis Menotti-, que no tiene contrato más allá de la Copa América.
Scaloni ha ido dando entrada a una nueva hornada, pero al final ha tenido que recurrir a Sergio Agüero como el mejor aliado de Messi.
El barcelonista llega a Brasil con el mejor goleador del fútbol europeo, con menor carga de minutos y partidos que otras temporadas y el colmillo afilado, después de la decepción que le supuso no alcanzar la final de la Liga de Campeones.
A Messi se le escaparon entre los dedos los dos últimos títulos sudamericanos y regresa a Brasil, donde perdió en la prórroga una Copa del Mundo que acariciaba. Hay motivos suficientes para la revancha.
Chile, ganadora de las dos últimas ediciones, tendría que figurar entre las favoritas y, sin embargo, arriba con el ánimo bajo y un entrenador bajo sospecha.
La ausencia del Mundial de Rusia, las dudas que provoca en una gran parte de la afición la dirección técnica del colombiano Reinaldo Rueda y la polémica abierta por la ausencia del guardameta Claudio Bravo, el hombre que levantó los dos últimos trofeos, que ha destapado las enormes desavenencias que había en La Roja, ponen en cuestión cuál será el papel de la bicampeona.
Más difícil aún es prever la respuesta de Colombia, porque el portugués Carlos Queiroz apenas lleva cuatro meses en el cargo, o de Paraguay, al que Eduardo Berizzo trata de imponer contrarreloj su sistema, tras hacerse cargo de la Albirroja también en febrero.
Y, oculta, sin hacer excesivo ruido, Uruguay aporta la mayor solidez, con un grupo consolidado, que ya en el pasado Mundial mezcló bien juventud y experiencia.
Llegan los veteranos (Godín, Cavani o Luis Suárez) con ganas de cerrar con un título una etapa gloriosa y los jóvenes con un papel preponderante en los mejores clubes de Europa (Lucas Torreira, Rodrigo Bentancur, Fede Valverde). La Celeste lo tiene todo para crecer en el torneo.
Con dos exóticos invitados (Catar y Japón), que arrastran patrocinadores y buscan un mayor roce internacional de cara a sus grandes citas (el Mundial 2022 y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020), la Copa América de Brasil comenzará el viernes en Sao Paulo, en el Morumbí de San Pablo (Brasil-Bolivia) y concluirá el domingo 7 de julio en el Maracaná de Río de Janeiro, donde se coronará el campeón de su cuadragésima sexta edición.