Quintana: la injerencia del imperialismo hace que la soberanía de los estados sea una ficción


El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, afirmó que el concepto de soberanía se ha modificado a partir de la injerencia del imperio norteamericano y que como consecuencia de aquello, los Estados viven en una crisis.

"Hoy día (el concepto de soberanía) está palideciendo, podríamos decir que la soberanía está ingresando a una especie de crepúsculo convencional clásico, ya no se trata de los Estados, que ya no tienen la capacidad de ejercer plenamente su poder, porque la soberanía hay que asociarla al poder. Desde una perspectiva más política, soberanía es poder", dijo la autoridad.

Quintana reflexionó sobre la crisis de la soberanía y las consecuencias que tiene ésta en un mundo globalizado, durante su intervención en el seminario "La Soberanía como Límite a la Injerencia Externa de los Estados", que se realizó en el salón Intercultural de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

"Cada vez los Estados se enfrentan a una crisis en el ejercicio del poder económico, en el ejercicio del poder político, en el ejercicio del poder tecnológico, hay una suerte de erosión de ese poder convencional (...) los Estados, como parte de este fenómeno de globalización, están perdiendo su capacidad  de autodefinirse económicamente, porque están siendo sobrepasados por los flujos y los tratados comerciales, están siendo sobrepasados y aplastados por el peso dominante del sistema financiero capitalista", remarcó en su exposición.

La autoridad puso como ejemplo de este fenómeno geopolítico a Brasil y explicó cómo a través de la injerencia de Estado Unidos se perdió el poder de decisión soberano y democrático en esa nación y en desmedro de su pueblo.

"Fíjense en el caso del Brasil. Brasil es la séptima o la octava economía del mundo, pero hoy día es incapaz de definir soberanamente su proyecto económico, porque ha sido penetrado por el capital financiero internacional en las áreas fundamentalmente industriales y de tecnología de punta o de desarrollo tecnológico científico", indicó.

El Ministro también destacó que uno de los factores que más afecta la soberanía de los Estados es la concentración de la riqueza en pocas manos.

"Un tercer elemento que pone en tensión este concepto clásico de la soberanía, tiene que ver por su supuesto, en el ámbito de la economía, con la concentración de la riqueza. Hoy día hay individuos que tienen más recursos económicos que 10, 20, 30 o 40 países juntos, entonces uno se pregunta, ¿de qué soberanía pueden hablar esos países frente a esta hiperconcentración de la riqueza en pocas manos?", mencionó.

También se refirió a la soberanía tecnológica y citó cómo varias empresas corporativas pusieron bajo su control las industrias mineras de algunos países subdesarrollados de África, imponiéndose con un modelo extractivista.

"Hay países en los cuales la inversión en tecnologías de punta, como el caso de África, fundamentalmente en el campo de la minería, prácticamente se ha terminado con la autoridad del Estado de esos países que terminan hipotecados en manos de las grandes corporaciones transnacionales de la minería del coltán, del uranio, del oro o de los diamantes. Los ciudadanos podrán sentirse miembros de una comunidad, pero están despojados de sus derechos constitucionales, debido a los impactos medioambientales que generan estas tecnologías a través del capital de estas naciones pobres", sostuvo.

Asimismo afirmó que la arquitectura de las Naciones Unidas ni siquiera garantiza la igualdad de los Estados porque tiene un Consejo de Seguridad donde algunos países ejercen más voluntades y derechos que otros.

"En el propio marco de las Naciones Unidas, en la cual se ha creado la Corte Penal Internacional, por ejemplo, resulta que la Corte Penal Internacional aplica ciertas sanciones a determinados Estados y se abstiene de aplicarlas a otros (...) hoy día no garantiza para nada la igualdad entre Estados, así como no garantiza igualdad económica, ni igualdad social, entonces no garantiza ningún tipo de igualdad", explicó.

Quintana admitió además que el conflicto armado es el último factor que pone en crisis la soberanía de los Estados, pero que las guerras ya no tienen nada que ver con el resguardo de la patria, sino que ahora se fundamentan a partir de la codicia capitalista de los recursos naturales de los pueblos.

"La mayor parte de los conflictos armados tiene que ver con la búsqueda del dominio de recursos naturales, buena parte de éstos es por el control de las cuencas hídricas, por el acceso a los corredores marítimos, con las cuotas de pesca en ultramar, con el control sobre las cuencas hidrocarburíferas, con los grandes reservorios de minerales", puntualizó.

Finalmente, el titular de la Presidencia estableció cinco hitos históricos para argumentar su tesis en la que fundamenta por qué el Estado boliviano nunca instauró una soberanía plena y real, debido a los intereses injerencistas del imperio que desarrolló una serie de acciones, en diferentes momentos de la historia, para desactivar las políticas progresistas que fueron impulsadas a partir del mismo pueblo.

Entre los participantes del seminario, que acompañaron al titular de la Presidencia, estuvieron el analista y ex ministro Hugo Moldiz y el docente universitario, Félix Huanca.