El comisionado de privacidad del país acusa a la compañía de no cooperar después de que la masacre de las mezquitas de Christchurch en la que murieron cincuenta personas a manos de un supremacista blanco que retransmitió en directo el crimen
Nueva Zelanda todavía peregrina en el desierto por la relación entre las redes sociales y el tiroteo en dos mezquitas de Christchurch. Está en una situación nueva, puesto que pocas veces las plataformas digitales han asumido la responsabilidad de las publicaciones que albergan. Un hecho que ha dado pie a unas polémicas acusaciones del organismo regulador de protección de datos del país.
El comisionado de privacidad, John Edwards, ha calificado de «mentirosos patológicos» a los ejecutivos de Facebook como respuesta a la negativa de la compañía estadounidense de facilitar información sobre las publicaciones violentas. En declaraciones a la cadena de radio local «RNZ», Edwards ha criticado que, tras ponerse en contacto con la filial de la red social en el país, «no tenían sistmas para detectar sucesos como el de Christchurch».
A su juicio, es una tecnología que puede «hacer mucho daño» a los ciudadanos. «No pueden decirnos, o no quieren decirnos, cuántos suicidios se transmiten en directo, cuántos asesinatos o cuantas agresiones sexuales», apuntó Edwards, quien consideró que la negativa respuesta de la multinacional estadounidense a facilitar estos datos se debe a dos posibles razones: «o simplemente no tienen esos números o no nos los quieren dar».
En opinión del comisionado, una retransmisión en directo con retardo a través de servicios como Facebook puede ser una «buena medida provisional» para evitar sucesos violentos similares. El pasado 15 de marzo, un supremacista blanco mató a 50 personas en dos mezquitas. Las imágenes se difundieron rápidamente antes de que el gigante tecnológico anunciara que había eliminado 1,5 millones de secuencias de las imágenes por su plataforma.
Como respuestas a estos sucesos, Zuckerberg adelantó que Facebook se encuentra trabajando en formas de bloquear vídeos de ataques desde su plataforma Live. El comisionado añadió que el gigante de internet «debe estar a la altura de las circunstancias» y «responsabilizarse» por el contenido publicado. «Esto es un problema global, los sucesos que se vieron en vivo en Christchurch podrían haber ocurrido en cualquier parte del mundo», dijo. Australia aprobó la pasada semana una polémica legislación en la que se introdujo penas de prisión para ejecutivos de grupos como Facebook o YouTube que no eliminarían rápidamente el contenido extremista.
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