En un extenso comunicado, el fundador de la compañía adelanta sus intenciones de unificar todos sus servicios, aunque estas medidas pueden traer consecuencias
Cambio de rumbo y, tal vez, también en las formas. En un extenso texto cargado de intención, Mark Zuckerberg ha prometido este miércoles cambiar su estrategia empresarial para convertir a Facebook en una plataforma «más consciente» de la privacidad, centrada en el usuario y con las miras puestas en servicios como WhatsApp.
El futuro de la compañía, acusada de dejadez en los dos últimos años en materia de protección de datos, pasa ahora por introducir comunicaciones encriptadas entre los usuarios y pivotar hacia una plataforma unificada. El objetivo -sugiere- es enfocarse en los intercambios de mensajes privados. Una medida sorpredente y extraña que se produce justo en su decimoquinto aniversario.
Con esta volátil intención, más relevante de lo que parece, la multinacional estadounidense allana el camino para un nuevo territorio que le sitúa en clara oposición a la filosfía actual, más centrada en motivar a los usuarios a la constante publicación de entradas, generalmente abiertas para un gran número de personas. De hecho, en ese planteamiento clásico ha encajado el formato de las «historias», publicaciones que desaparecen después de 24 horas y que han tenido una gran acogida entre sus usuarios.
Para afrontar esta nueva era, el plan de la compañía es cifrar las conversaciones en todos sus servicios de mensajería y hacerlos, de paso, compatibles. Esta es la última señal de que la red social más importante del mundo ve su futuro en los chats y mensajes privados. «Vamos a trabajar para implementar el cifrado de extremo a extremo para todas las comunicaciones privadas, es lo correcto», escribe en un largo comunicado de 3.200 palabras Zuckerberg, aunque desliza que los detalles pueden alterarse, ya que la empresa consultará estas medidas con expertos durante el año.
Este nuevo planteamiento puede tener, sin embargo, algunas consecuencias evidentes, como una menor relevancia de las políticas de protección de datos y limitar su capacidad para generar ingresos a través de los anuncios personalizados. En opinión de Zuckerberg, estas medidas vienen como respuesta a las exigencias de mayor control de sus datos por parte de los usuarios. «La gente cada vez tiene más interés en conectar con otros de forma privada en lo que sería el equivalente digital de un salón», subraya.
«Mientras pienso en el futuro de internet, creo que un servicio de comunicaciones centrado en la privacidad será aún más importante»
De tal forma que como parte de esta estrategia, un usuario de Facebook podría comunicarse directamente con contactos de WhatsApp. «Mientras pienso en el futuro de internet, creo que un servicio de comunicaciones centrado en la privacidad será aún más importante que las plataformas abiertas de la actualidad», apunta Zuckerberg. «Se necesita hacer una reflexión importante sobre todos los servicios que edifican la web sobre esa base, desde cómo las personas realizan pagos y transacciones financieras hasta el papel de las empresas y la publicidad, y cómo podemos ofrecer una plataforma para otros servicios privados», añade.
Facebook ha podido observar en los últimos años cómo los mensajes privados, las publicaciones efímeras y la actividad dentro de pequeños grupos son los ámbitos de mayor crecimiento en las interacciones. «Entiendo que mucha gente piense que Facebook no puede o no quiere construir este tipo de plataforma centrada en la privacidad porque a día de hoy no tenemos una buena reputación como constructores de servicios de privacidad e históricamente nos hemos centrado en herramientas para compartir», admite.
«Está claro que difícilmente podía entenderse que tras la adquisición por parte de Facebook de todas estas empresas (WhatsApp, Instagram) no se contemplara al menos una cierta interoperabilidad entre sus servicios de mensajería. Aunque algunas autoridades de Control de Datos ya han advertido a Facebook sobre el hecho de compartir datos entre WhatsApp y Facebook de manera automatizada y generalizada, están buscando el mecanismo para conseguir esta comunicación de datos», valora en declaraciones a este diario Sergio Carrasco, jurista en derecho digital de Fase Consulting.
«Está claro que difícilmente podía entenderse que tras la adquisición por parte de Facebook de todas estas empresas (WhatsApp, Instagram) no se contemplara al menos una cierta interoperabilidad entre sus servicios de mensajería»
A juicio de este experto, el cumplimiento de lo que ha afirmado «puede ayudar al cumplimiento de derechos», pero cree que «es necesario llevar a cabo más actuaciones sobre cómo se da acceso a datos a empresas anunciantes, y cómo se utilizan los datos facilitados a la hora de perfilar a los usuarios, para que realmente podamos entender que se garantizan los derechos de estos».
Legisladores, usuarios e inversores han expresado su preocupación en los últimos dos años acerca de que Facebook no está haciendo lo suficiente para proteger los datos de sus usuarios después de una serie de escándalos y fallos en materia de privacidad. Investigadores y grupos de seguridad han expresado su preocupación sobre la introducción de medidas de seguridad similares a las otros servicios porque, de esta manera, tendrán más difícil el acceso a los registros de chat online para perseguir a grupos extremistas.
Los reguladores han instado en los últimos meses a Facebook que aumente la revisión del contenido de los usuarios, pero un mayor cifrado de las comunicaciones dificultaría el seguimiento de publicaciones tóxicas. A su vez, en caso de que finalmente se introduzcan unas conversaciones cifradas también puede tener otro impacto, en este caso en su facturación: limitará la capacidad de Facebook para enviar anuncios segmentados, su principal fuente de ingresos.
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