¿Por qué México y Uruguay pueden ser claves en la resolución del conflicto en Venezuela?

La cancillería mexicana y uruguaya anunciaron una conferencia internacional el próximo 7 de febrero para buscar una mediación en la crisis política.

¿Por qué México y Uruguay pueden ser claves en la resolución del conflicto en Venezuela?


Mientras una decena de países de la región le dieron la espalda al presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, y reconocieron al autoproclamado Juan Guaidó como el "presidente encargado" de Venezuela, Uruguay y México hicieron gala de su tradición de mediadores y han propuesto el diálogo como única salida a la crisis política en el país sudamericano.

La cancillería uruguaya y mexicana anunciaron este miércoles que el próximo 7 de febrero se llevará a cabo una conferencia internacional, que contará con la presencia de representantes de más de 10 países y organismos internacionales que buscan la mediación en el conflicto venezolano.


"Es diálogo como primer paso. No se pueden imponer las cosas. Primero se tienen que sentar a dialogar las partes. Y ya el diálogo, como lo dije, es un buen avance para el entendimiento", dijo esta tarde el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante una visita de Estado del presidente de España, Pedro Sánchez.

Sánchez, por su parte, ratificó el ultimátum de su Gobierno a Maduro de realizar elecciones en ocho días (un plazo que vence esta semana); y optó por construir un grupo de contacto de países europeos y latinoamericanos para "propiciar el diálogo entre las dos partes".

¿Por qué Uruguay y México?

Los dos países que se han mantenido neutrales en el conflicto tienen antecedentes de negociación y mediación en materia de política exterior, aunque encontrar una solución a la crisis venezolana no será sencillo.

"Hay una tentativa en la oposición de cambiar el equilibrio de fuerzas en Venezuela, buscando apoyos internacionales, vía la autoproclamación de Guaidó, y mediante las sanciones desde EE.UU.", explica la experta en relaciones internacionales del Colegio de México (Colmex), Élodie Brun.

El pasado lunes, el Gobierno estadounidense impuso sanciones contra la Administración de Maduro, que van desde el congelamiento de 7.000 millones de dólares en activos de la compañía estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) hasta medidas restrictivas contra individuos y entes públicos relacionados con el Gobierno venezolano.


Maduro respondió que no aceptará el "el ultimátum de nadie en el mundo, ni el chantaje", por lo que aseguró que si EE.UU. o la Unión Europea quieren elecciones presidenciales, tendrán que esperar hasta el 2025.

Para Diego Hernández Nilson, profesor de la Universidad de la República en Uruguay, una salida a la crisis política depende fundamentalmente de Maduro y de que haya un interlocutor válido y legítimo en la oposición.

"Maduro ha jugado en varias ocasiones con esta negociación y después reprimir a la oposición, depende de que él se lo tome en serio", asegura.

Legitimidad en mediación de conflictos

En lo que ambos expertos coinciden es que México y Uruguay son dos países con legitimidad en la mediación de conflictos.

Brun recuerda el papel de México en la crisis Centroamericana de los años 80. En 1983, ese país impulsó junto con Colombia, Panamá y Venezuela una instancia multilateral llamada Grupo Contadora para promover la paz, la democratización y el desarrollo tras los conflictos armados en El Salvador, Nicaragua y Guatemala.

La académica Mónica Toussaint explicó en un análisis sobre el papel de México en aquellos años que el Grupo Contadora se convirtió en la salida ideal para México, a nivel internacional, porque le permitía "no alinearse frente a Estados Unidos y mantener una diplomacia relativamente activa".

"México ha tenido históricamente muchos momentos en los que pudo frenar lo que sería el imperialismo estadounidense", dice Hernández Nilson.

En 1985, los Gobiernos de Argentina, Brasil, Perú y Uruguay formarían el Grupo de Apoyo a Contadora para la resolución de conflictos regionales, que luego terminó convirtiéndose en el Grupo de Río. 

Procesos de paz

Hernández Nilson cuenta que la diplomacia uruguaya también ha trabajado en procesos de paz en el pasado, como cuando el expresidente uruguayo José Mujica (2010-2015) "tuvo un rol como garante del diálogo" entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018).

También, la diplomacia uruguaya tuvo un papel clave en el Acta de Montevideo de 1979, que con la ayuda del papa Juan Pablo II, logró una mediación entre Argentina y Chile por la disputa en el canal Beagle (extremo meridional de América del Sur).

"Uruguay siempre ha intentado tener un rol de mediador, de facilitar la resolución de conflictos a través del derecho internacional", dice Hernández Nilson.

Para Brun, si México y Uruguay quieren ser mediadores tendrán que buscar apoyos regionales de varios campos. El anuncio de la conferencia en Montevideo podría apuntar en esa dirección.

Hernández Nilson considera que será clave la decisión que tome la Unión Europea en el proceso de negociación y diálogo en Venezuela, aunque algunos miembros de ese bloque le han hecho un ultimátum a Maduro que no ha sido bien recibido por el Gobierno bolivariano. "Más allá de lo que suceda, lo que a uno le interesaría realmente es que no se lleve al extremo de una invasión con intervención militar. Es el mayor temor que tenemos en Uruguay".

Aunque Brun reconoce que es difícil en un contexto tan inestable, "hay una ventana de oportunidad para evitar que haya un desenlace violento".