Él ya sabía lo que se venía, pero tenía que esperar que termine la Primera B para que su sueño se haga realidad. Omar Cayo Lijerón Cuéllar firmó por tres años en Blooming para ser parte del plantel profesional y esperar el llamado del Erwin ‘Platini' Sánchez, después de ser goleador con la Academia (filial del club celeste), que el sábado ascendió a la 'A'. “Mi papá no tuvo la oportunidad de jugar a escala profesional, ahora yo tengo que aprovecharla”, expresó a DIEZ.bo el delantero.
Desde pequeño le gustó la pelota y fue haciendo su camino, gracias al apoyo de sus padres Osman y Rosmery que nunca le dijeron no. Primero se entrenó en la Tahuichi, pero nunca disputó ningún torneo con esta institución. A sus 15 años recaló en Universidad y ahí tuvo la oportunidad de jugar por la confianza que le brindó el técnico Marcos Saavedra. “Ahora es mi DT en la Academia con quién ascendimos a la A”, reconoció Lijerón.
A sus 17 años llegó a las menores de Blooming en un periodo de prueba. Raúl ‘Pelecho’ Gutiérrez fue quién le subió el pulgar y desde ahí no se detuvo hasta lograr estampar un contrato profesional. Su estadía en la sub-17 y sub-19 no fue nada sencilla, a pesar de haber sido campeón con esta segunda categoría, ya que tardaba dos horas o más en llegar hasta la sede celeste. Actualmente reside junto a su familia en el Km 15 de la Doble Vía la Guardia.
Omar Cayo Lijerón Cuéllar recibiendo el trofeo de goleador de la Primera B, marcó 24 tantos.
Foto: Cavenaghy Photography
Paralelamente a sus prácticas deportivas y a los partidos, Omar trabajaba en el granero El Torazo para solventar sus gastos y no ser una carga en casa. “Embolsaba alimentos para ganado. El negocio es de mi prima hermana”, contó el atacante, sin reparo alguno pues es consciente que en la vida todo se consigue con sacrificio. Así que todos los días tenía que ir del Km 15 de la carretera antigua a Cochabamba, después a El Torno (su lugar de trabajo), luego a la sede del séptimo anillo de la Beni y finalmente a su casa.
“Tenía que ganar para mi pasaje. Tenía que hacerlo, no me quedaba de otra”, relató Omar orgulloso de su despeño.
Y el día llegó…
Después de mostrar su talento en las menores y en partidos contra el plantel profesional, ‘Platiní’ vio su talento y le preguntó a Fernando ‘Castor’ Suárez de quién se trataba, pues él era el que lo invitaba. “Primero no podía subir porque yo jugaba para la Academia que es otro equipo, así que tuve que esperar que termine la Primera B, torneo en el que fui goleador (24)”, comentó Omar.
Lo llamaron para formalizar su relación contractual este lunes, pero él no se imaginaba el cuadro que le esperaba. “No me imaginé hacer el contrato con la presencia del presidente (Juan Jordán) y otros dirigentes más”, dijo sorprendido Omar, que se emocionó al poner su rúbrica que lo acerca a su primer encuentro profesional. “Debutar en Blooming, que tiene a la mejor hinchada del país, sería maravilloso”, expresó Omar.
Tras los pasos de su papá
Su progenitor también fue futbolista y goleador de la Primera A, pero no tuvo la chance de surgir. Ahora es taxista y vela por su familia que también la integran sus herederos Rómel Cayo (16 años) y Diana Belén (14 años). “Él está contento, me llamó para felicitarme y me dijo que trabaje duro”, concluyó.
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