Epidemia letal: La mitad de los adictos a los opioides de EE.UU. llegó a ellos por receta médica

El problema de los opiáceos ya es más letal que la guerra de Vietnam o el VIH en EE.UU., uno de los dos países del mundo que permite a las empresas farmacéuticas la publicidad de anestésicos recetados.

Epidemia letal: La mitad de los adictos a los opioides de EE.UU. llegó a ellos por receta médica

Los opiáceos ya han matado a más personas que la guerra de Vietnam y son uno de los problemas de salud pública más graves de los últimos tiempos en Estados Unidos.

Es superior al VIH y al Estado norteamericano le cuestan cerca de 500.000 millones de dólares al año, según indica un informe que el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca publicó en noviembre de 2017. Reducen la esperanza de vida media de los estadounidenses que, de hecho, es menor que la de otros países ricos.

Ahora, un juez aprobó que siga adelante una demanda colectiva que abogados de 1.400 ciudades y condados de EE.UU. tramitaron contra varios laboratorios farmacéuticos.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), el abuso de fármacos opiáceos contra el dolor mató a 42.000 personas en ese país en 2016, un 28 % más que el año anterior y cinco veces más que en 1999.

Cierto es que esas estadísticas incluyen a adictos a la heroína, una droga ilegal a la que no se llega mediante una prescripción médica, pero el camino puede no estar tan lejos.


El Journal of American Medical Association Psychiatry 2017 asegura que la mitad de los adictos a los opioides llegó a ellos por prescripción médica para tratamientos del dolor y el 80 % pasaron por una etapa previa de abuso de analgésicos legales.

De hecho, los CDC certifican que un 20 % de las personas que reciben una prescripción inicial de calmantes para 10 días los siguen tomando durante más de un año.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año mueren en el mundo 69.000 personas por sobredosis de opioides, mientras que EE.UU. lidera el consumo de esas sustancias:


¿Qué son los opioides?

Los opioides son medicamentos que alivian el dolor. Reducen la intensidad de las señales de dolor y afectan a las áreas del cerebro que controlan las emociones para disminuir los efectos de un estímulo doloroso. Los medicamentos que pertenecen a esta clase incluyen la hidrocodona —Vicodina, por ejemplo— la oxicodona (como OxyContin y Percocet), la morfina (como Kadian y Avinza) o la codeína, entre otros medicamentos.

Los productos de hidrocodona se prescriben con más frecuencia para afecciones dolorosas tan variadas como el dolor dental o el relacionado con lesiones, mientras que la morfina se suele emplear para aliviar dolores agudos antes y después de procedimientos quirúrgicos. Asimismo, la codeína comúnmente se receta para tratar el dolor leve. Además de sus propiedades analgésicas, medicamentos como la codeína y el difenoxilato (Lomotil) se pueden utilizar para aliviar la tos y la diarrea severa, como asegura el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA).

Consecuencias de la falta de salud pública

No tener un sistema de salud universal público obliga a los residentes en EE.UU. a pagar un seguro médico, en la mayoría de los casos a través de un empleador o del Gobierno. Los planes sanitarios suelen ser bastante básicos, sobre todo los que obtienen las personas más pobres y, por tanto, no cubren tratamientos que requieren más de una consulta. Las pastillas pueden ofrecer una salida rápida ante la falta de recursos.

El CDC informa en su web que si bien las recetas de opioides han caído un 18 % desde su pico en 2010, el total aún es tres veces mayor que en 1999.


Marketing farmacéutico y publicidad en TV

La publicidad de fármacos no para de crecer en EE.UU. y Nueva Zelanda, los dos únicos países que permiten promocionar en televisión medicamentos que requieren receta médica.

Según una investigación de la compañía Kantar, el gasto en publicidad de compañías farmacéuticas en EE.UU. alcanzó los 6.400 millones de dólares en 2016 y experimentó un aumento del 64 % desde 2012.

Tener contentos a los médicos, que son quienes en última instancia firman las recetas, es otro de los puntos que los laboratorios tienen muy en cuenta. Cuando el Gobierno de EE.UU. publicó los montos pagados por las compañías de medicamentos y dispositivos a doctores y hospitales docentes se supo que en 2016 superó los 8.000 millones de dólares: más de 630.000 médicos tenían registros de pago.


Purdue Pharma, que produce el analgésico opiáceo OxyContin, realizó casi 80.000 transacciones en 2016, por un valor total superior a 7 millones.

En 2015, la Asociación Médica Estadounidense realizó un pedido formal para que se prohíban los anuncios de medicamentos recetados en los medios de comunicación masivos, pero no fueron escuchados.

Más cerca de las demandas colectivas contra los laboratorios
Abogados de más de 1.400 ciudades y condados de EE.UU. obtuvieron luz verde para demandar a las empresas farmacéuticas por la crisis de salud pública vinculada a los opioides cuando el juez de distrito estadounidense Dan Polster autorizó el avance de la recopilación de evidencias para realizar las querellas.

Polster dijo que era correcto describir la ola de adicciones a los opiáceos que arrasan EE.UU. como "una plaga creada por el ser humano" y agregó que "los funcionarios del gobierno local han hecho acusaciones muy serias respecto a que los involucrados tienen parte de la responsabilidad de esta plaga debido a su acción y su inacción en la fabricación y distribución de opioides recetados. Si bien queda por ver si las ciudades y los condados pueden probar que las compañías contribuyeron a la adicción de millones de estadounidenses, ahora tendrán la oportunidad de hacerlo".