En caso de que Pekín no introduzca cambios en sus actividades económicas, militares y políticas, Washington podría duplicar los aranceles sobre sus bienes, ha afirmado el vicepresidente estadounidense.
A finales de este mes, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, se reúna con el líder chino, Xi Jinping, en la cumbre del G20 en Argentina, la creciente tensión entre las dos potencias mundiales se enfrentará a una prueba crucial, ha afirmado el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, en una reciente entrevista ofrecida a The Washington Post.
Asimismo, aconsejó a China que si quiere evitar una guerra fría abierta con EE.UU. y sus aliados, debería cambiar radicalmente su comportamiento. Si Pekín no lo hace, Washington no retrocederá, advirtió el político.
Pence afirmó que el presidente Trump ha dejado la puerta abierta para un acuerdo con Xi en Argentina, pero señaló que esto depende de si Pekín está dispuesta a introducir cambios a gran escala en sus actividades económicas, militares y políticas.
Según Pence, esta es la mejor oportunidad -si no la última– para China de evitar un escenario de guerra fría con EE.UU.. "Creo que esto en gran medida dependerá de [la cumbre en] Argentina", destacó.
"La actitud del presidente [Trump] es que queremos asegurarnos de que ellos [China] sepan nuestra posición, y lo que estamos dispuestos a hacer, así que pueden llegar a Argentina con propuestas concretas que aborden no solamente el déficit comercial al que hacemos frente", afirmó.
Si Pekín no presenta concesiones concretas, Washington estará dispuesta a aumentar su presión económica, diplomática y política sobre China, dijo Pence, afirmando que EE.UU. estará en "una posición fuerte de todas formas".
"Estamos en 250.000 millones de dólares [en aranceles] ahora. Podemos duplicarlo y más. (…) Estamos buscando resultados. Estamos buscando un cambio de postura [por parte de China]", dijo.
Por otra parte, al ser preguntado sobre qué pasaría si Pekín no acepta cambiar su actitud en la región asiática, especialmente su postura sobre las disputadas aguas del mar de la China Meridional, para evitar una guerra fría con Washington, Pence respondió: "Entonces, que así sea".
"Estamos aquí para quedarnos", concluyó el vicepresidente mientras sobrevolaba la zona a bordo del avión Air Force Two en dirección a Singapur.
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