Miles de migrantes hondureños y salvadoreños se acercan a la frontera con Estados Unidos pese a las advertencias del Gobierno de Washington en sentido de repelerlos con la fuerza. Miles ya regresaron.
La caravana migrante que salió hace un mes de Honduras aceleraba vertiginosamente su paso ayer para llegar a la frontera con Estados Unidos, la cual ya han cruzado momentáneamente algunos centroamericanos que comenzaron a arribar desde el domingo, constató la agencia AFP, en desafío a la advertencia del presidente Donald Trump de detener la movilización con las fuerzas policiales y militares.
Un grupo de casi un centenar de transexuales y algunos homosexuales llegó a la ciudad de Tijuana del estado de Baja California el domingo; el martes arribaron otros 350 migrantes y ayer otra cifra similar, todos integrantes de la gran caravana.
Emocionados, corrieron a la playa de Tijuana a bañarse y metían la cabeza entre las rejas metálicas de la frontera para divisar su destino soñado.
Dos saltaron la alta valla metálica que divide a ambos países y escribieron en la arena del lado estadounidense la palabra “catracho” que significa hondureño, y a los pocos minutos se regresaron a territorio mexicano.
El objetivo de los migrantes es que el gobierno de EEUU les otorgue el estatus de refugiados debido a la extrema violencia y pobreza que viven en sus países, pero para lograrlo deben cruzar por un acceso oficial, de acuerdo con un decreto firmado por Donald Trump.
“Siento emoción porque es un anhelo poder llegar aquí después de cruzar todo México”, comentó Lester Velázquez, 39 años, originario de Comayagua, Honduras, donde trabajaba como albañil, soldador y barbero.
Lester y otros migrantes observan el cerro Nido de Las Águilas, por donde cruza parte del cerco metálico que divide a México de Estados Unidos.
“Espero hacer lo mismo o lo que se pueda en el otro lado”, añade al ser cuestionado sobre sus planes en caso de cruzar al país vecino.
A cientos de kilómetros de allí, el grueso de la caravana que salió el 13 de octubre de la ciudad hondureña de San Pedro Sula aceleraba el paso por el estado de Sinaloa.
Por primera vez desde que iniciaron su periplo, los migrantes no pasaron la noche en un campamento.
Tras sortear muchos obstáculos, llegaron al atardecer del martes a la garita carretera de La Concha, en el estado de Sinaloa, donde hay un gran estacionamiento para los tráileres de carga que van de paso.
Miles también regresaron
Más de 7.000 hondureños que abandonaron la caravana de migrantes con rumbo a Estados Unidos han regresado al país de manera voluntaria, informó el Instituto Nacional de Migración de Honduras.
Según un informe de este centro, hasta este martes habían retornado 7.013 personas, 3.933 de ellas adultas. Los otros 3.080 migrantes son menores de edad, de los que 504 viajaban solos, precisa el texto.
El 79,3 por ciento de los migrantes, unas 5.559 personas, ha vuelto en autobuses procedentes de México y Guatemala y el 20,7 por ciento en avión desde esos mismos países. Las autoridades hondureñas, añade el documento oficial, han negado la salida a 716 nacionales, 326 de ellos menores, debido a “impedimentos” por “falta de requisitos”.
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