Por Camilo Katari
“Qué Evo Morales no se preocupe, no fundaremos partido político”,
dijo el representante
de la Conferencia Episcopal Boliviana, y claro, no necesitan fundar
nada ¡ya son un partido político! Sus púlpitos se han convertido en
centros de adoctrinamiento político anti-gobierno, sin derecho a
réplica. Esa es la más nefasta dictadura. ¿Entonces de
qué respeto democrático nos hablan?
Lejos
estamos del pensamiento del Dominico, Las Casas, abogando por los
pobres indios, ahora la iglesia abomina a los indios y los pobres.
Claramente son otros tiempos, ayer su
carga racista cruel y hoy su aporofobia, con los más olvidados, los
“privilegiados” por Dios.
Los
constantes ataques al gobierno a sus políticas, por parte de la
jerarquía de la Iglesia católica, nos obligan a sentar posición, porque
estos ya no son tiempos de ovejas,
ni rebaños, son tiempos de rebeldía y de reformas, la impunidad de este
partido político llamado
Conferencia Episcopal, debe tener límites, y si creen que son la
conciencia mayoritaria del país preséntense a elecciones y que el pueblo
decida su futuro.
El
pueblo católico que ha hecho posible este cambio de época en Bolivia,
no cederá fácilmente a estos agoreros de la muerte ¿Qué busca el partido
Episcopal, sino el retorno del
neoliberalismo? No seamos ingenuos, sus acciones políticas tienen una
gran coincidencia con las declaraciones de Sánchez Berzaín, que
posiblemente les provee algún material para sus discursos.
En
política y religión no existen las coincidencias sino la estricta
planificación de los actos y discursos, y ya es bastante el tiempo que
la Iglesia viene planificando y obrando
para debilitar este proceso.
¿Qué
ha pasado para que la Conferencia Episcopal Boliviana, desate el
infierno y deje libres a los jinetes del apocalipsis? No pueden asumir
que el Estado Laico es una decisión
del pueblo, no pueden asumir que los indios ya no son ovejas de un
rebaño formado hace más de 500 años, no pueden asimilar que las mujeres
tienen los mismos derechos que ellos y el decidir sobre sus cuerpos,
cosa que muchos sacerdotes no hacen y violan los
cuerpos de otros.
Hablando
de moral, ¿le queda alguna a esta jerarquía que no se fija en la viga
que tiene en el ojo? No debemos olvidar que los curas, son seres humanos
igual que cualquiera, que
tienen la misma biología y tienen los mismas ambiciones, los mismos
prejuicios y odio natural hacia los que considera “inferiores”.
Existen muchas evidencias de los curas-patrones en todas las parroquias rurales, yo mismo he visto la actitud
de un Cura-patrón en el Norte de La Paz, nadie me lo contó.
Nosotros
militantes de la opción por los pobres y seguidores de los curas
mineros, los curas obreros, los curas campesinos, conocemos la
diferencia de estos verdaderos cristianos
y los otros que sentados en sillas de cuero y con toda una burocracia a
mano, se dedican a defender intereses de los ricos, de los fascistas
que disfrazados de defensores de la democracia esconden sus cucuruchos
del Ku Klux Klan, esos son los oscuros tratos
que justifican esta furibunda arremetida contra el gobierno.
La
Conferencia Episcopal ha dejado de lado su misión de ser portadora de
la buena nueva y hoy es portadora del mensaje oscuro y tenebroso de la
restauración fascista en el continente.
No
pueden quedar duda a quienes sirve esta jerarquía que bien puede ser
calificada de farisea, de sepulcro blanqueado, de raza de víboras, de
hipócrita!
como hace dos mil años, asi lo señaló el carpintero de Nazaret.
Camilo Katari, es escritor e historiador potosino
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