Demócratas y UN están obligados a mantener la convivencia política, al menos en los papeles, ya que la disolución sólo procedería si los primeros aceptan el requerimiento que hizo UN, lo que pondría en riesgo la candidatura del binomio.
La alianza entre el Movimiento Demócrata Social (Demócratas) y Unidad Nacional (UN) está en proceso de disolución y, como ocurre en muchos divorcios, la separación está acompañada de acusaciones. En este caso los primeros aseguran que su pareja electoral no se atrevió a la renovación y los otros dicen que pusieron trabas a su líder, Samuel Doria Medina.
La alianza opositora que había pactado la continuidad de su proyecto nacido en 2014, ahora con el denominativo de “Bolivia dice NO”, fracasó en su intento de presentarse para las primarias con un candidato único. Lo que vino después es el distanciamiento y la recriminación.
Demócratas acusó a UN de incumplir el acuerdo, que establecía que ante la posibilidad de no lograr un binomio de consenso cada frente plantearía su propio binomio para medirse en las primarias.
“Entendemos que de repente no se atrevieron a competir internamente y nosotros no aceptamos condiciones en función de candidatos, pero estaba establecido en las reglas del juego", afirmó este jueves Edwin Rodríguez, el ahora el candidato a vicepresidente por la alianza, quien es acompañante de fórmula del senador Óscar Ortiz.
Doria Medina y UN anunciaron su alejamiento del proceso electoral anoche y presentaron al Tribunal Supremo Electoral una solicitud de disolución de la alianza, pero esto no fue posible porque los estatutos de ese pacto establecen que esto solo procede cuando hay acuerdo entre partes.
Ya anoche el dirigente de Demócratas, Ernesto Suárez, había calificado como una “cobardía política” la actitud de sus aliados. "La decisión de UN de solicitar la disolución supone una cobardía política, falta de respeto a los compromisos y burla a la democracia (...) Dichos compromisos hacen indisoluble la alianza hasta la fecha de las elecciones generales en 2019”, afirmó.
Luego reveló que el partido de Doria Medina se opuso a la renovación. "UN rechazó desde el primer momento la incorporación de otros frentes y personalidades (...) Desafortunadamente el perfil de renovación propuesto por Demócratas para los candidatos no coincidía con UN que actuaba bajo un único candidato posible", dijo.
En el otro frente acusaron a Demócratas de dar la espalda a Doria Medina y alentar una estrategia que no está acorde a las exigencias políticas de la actualidad.
"Nosotros no queríamos pichones, ni delfines que busquen un posicionamiento mediático, el país necesita de sus líderes más fuertes, más representativos. Los Demócratas resistían la candidatura de Samuel, entonces él declina y dice que vaya Costas, pero lo rechazan", afirmó por ejemplo el dirigente Jaime Navarro durante una entrevista con radio Erbol.
“Se quería dejar a la persona que tenía entre 12 y 15 por ciento de respaldo de la población. Ellos plantearon un paso que nos desenfocaba de la estrategia, que era la construcción de unidad e hicieron una variante unilateral para poner la renovación", complementó.
En la misma línea se pronunció el diputado Amilcar Barral. “Entendemos que la alianza con condicionamientos de que Samuel no esté no tenía razón de ser”, dijo.
Consideró que para una eventual confrontación en primarias “los dos candidatos naturales eran Rubén Costas y Samuel Doria" y complementó: "Samuel estaba dispuesto y Demócratas no quería”.
En todo caso Demócratas y UN están obligados a mantener la convivencia política, al menos en los papeles, ya que la disolución sólo procedería si los primeros aceptan el requerimiento que hizo UN, lo que pondría en riesgo la candidatura del binomio.
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