Vuelve el gallo con rostro federalista

 

Por: Camilo Katari

Después que muchos políticos del pasado ensayaran su candidatura, ya se visualizan otras con proyectos de candidaturas presidenciales que no sólo encarnan el pasado, sino que devuelven a la memoria un discurso y una práctica políticas marcadas por la improvisación.  

En ese escenario encajan casi de manera natural personajes como el viejo líder mirista Jaime Paz Zamora, que hoy llega con la vieja sigla como el Partido Demócrata Cristiano, históricamente afín al exdictador Hugo Banzer, y lo hace planteando aquella ya vieja propuesta de los sectores radicales de 2007 con los separatistas como fue la República Federal, una propuesta que entre otras cosas ya se conoció en Bolivia a fines del siglo XIX. 

Pero está claro que de Paz Zamora todo se puede esperar envuelto sus fines de semana en el picacho y sus noches somnolientas que le hará inspirar lo que consume con sus amigos de antaño. Porque ahí están el PDC y su aspirante, como del FRI aquel partido vinculado al banzerismo, y su postulante, además de otras aventuras improvisadas para las primarias de enero, el pueblo deberá estar advertido y no dejarse distraer. 

Jaime Paz Zamora, más conocido como “El Gallo”, llegó gracias a esa democracia pactada del siglo anterior y al dictador Banzer de los años setenta. Paz Zamora fue un presidente “paracaidista” porque prácticamente su investidura le cayó del cielo. Habiendo perdido las elecciones y resultar tercero, se las ingenió para ser presidente.

En su gobierno se escribieron trágicos episodios, tiene en su haber la ejecución de 3 miembros del CNPZ, y la cruel tortura de otros prisioneros, ligados a grupos políticos, ¿Cómo se puede hablar de la democracia, con semejante pasado?

Jaime Paz es el típico político “altoperuano” practicante del “olañetismo”, esos políticos que hacen cualquier cosa para estar en el poder y aprovecharse de él, agitar las banderas de una izquierda que nunca fue tal y solamente sirvió para capturar incautos, especialmente jóvenes, que son los frustrados de hoy. 

Ahí lo vemos otra vez a Jaime Paz, haciéndonos que volvamos a la historia del siglo anterior, cuando su partido se vio envuelto en uno de los escándalos más grandes del narcotráfico y su principal  ideólogo purgó la pena que le impuso la ley.   

El MIR fue la mayor estafa política del siglo XX, pues con el discurso de izquierda logro conformar una organización joven, comprometida y con ideales, para luego ser un implementador de las políticas neoliberales, no debemos olvidar que de ahí salió Doria Medina, de ahí salió Luis Revilla, y de ahí salieron los colaboradores del gobierno de Carlos Mesa. 

El MIR configura como el MNR el pasado, cuya personería jurídica fue suspendida en 2006 por no haber obtenido ni el 2% de los votos durante las elecciones para la Asamblea Constituyente. Paz Zamora es más probable que sepulte las aspiraciones del FRI que cree que es su salvador y haga que sea otro partido que pierda su personería como ya fue el MIR y el MSM.

No se entiende que Paz Zamora quien cuestionó la Ley de Organizaciones Políticas, tachándola de “confusa”, se lance a las primarias que la había descartado. Entonces debemos tener serias sospechas de las lecturas que realiza el gallo, no solamente de la Ley de Organizaciones Políticas, sino de todo lo que actualmente tiene como lectura y le llevan a equívocos.  

Es en ese escenario que reaparece Jaime Paz Zamora, de la mano de su partido de origen, nadie debe desconocer que Jaime Paz y el MIR son hijos de la Democracia Cristiana.  En la práctica estamos volviendo a los años 60 del siglo pasado, esa es la tragedia. Quienes se dicen modernos y “nuevas” alternativas son ese pasado.

Los bolivianos y bolivianas tenemos la oportunidad de sepultar, finalmente a los resabios de la república colonial, a sus operadores, esa es entre otras cosas, la oportunidad que nos abre este periodo ya electoralizado.

Con Jaime Paz Zamora, el gallo con “rostro federal”, es otro que se suma a la extensa variedad ya existente de especies raras, entre camaleones, monos y políticos fracasados, todas estas variedades nos llevan a su único propósito que es conjurar contra uno que quieren derrotar: Evo Morales. 
Ese es el fantasma que no los deja dormir a los privatizadores de la economía, a los que nos decían: ¿Dónde está la crisis que no la veo? Esos mismos quieren llevarnos al retorno neoliberal, pero es siempre el soberano que se encargará otra vez de sepultarlos.

Camilo Katari, es escritor e historiador potosino