Un jurado declaró el martes culpable de múltiples cargos por fraude a Paul Manafort, el ex jefe de campaña del ahora presidente, Donald Trump, en un juicio por el que podría pasar el resto de su vida en prisión.
Manafort fue declarado culpable de ocho de los 18 delitos por fraude que le imputaba el fiscal especial para la llamada trama rusa, Robert Mueller, después de que un jurado en el tribunal federal del Distrito de Virginia Este así lo decidiera
Los doce miembros del jurado, sin embargo, no fueron capaces de alcanzar una decisión unánime en los otros diez delitos que se le imputaban como parte de la investigación de la trama rusa, por lo que el juez decidió declarar nulo el juicio para estos diez cargos.
La decisión de la comisión llegó en el cuarto día de deliberaciones y después de que los miembros ya advirtieran horas antes de que no podían consensuar un posicionamiento en al menos uno de los cargos, que finalmente resultó que eran diez.
Ahora, el juez deberá fijar una fecha de sentencia para los delitos que ya han sido juzgados y deberá tomar una decisión sobre los diez en los que no se determinó un veredicto, lo que generalmente implica que se repita el juicio con un nuevo jurado.
Manafort fue enviado a la cárcel el 15 de junio tras haber intentado influir en las declaraciones de al menos dos testigos, lo que colmó la paciencia de la jueza de su otro juicio pendiente, quien le mantenía el arresto domiciliario desde octubre, cuando se entregó al FBI.
Manafort encara un segundo proceso judicial en la trama rusa, en el que también se ha declarado no culpable y que se iniciará el 17 de septiembre en Washington, dos meses antes de las elecciones legislativas.
Mueller investiga desde mayo del 2017, de manera independiente al gobierno, los posibles lazos entre miembros de la campaña de Trump y Rusia, a la que las agencias de Inteligencia de EEUU acusan de interferir en los comicios presidenciales del 2016.
Manafort supuestamente trabajó entre el 2006 y el 2017 para gobiernos extranjeros, incluido el Ejecutivo prorruso del ex presidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014), y para oligarcas rusos, a los que ayudó a mejorar su imagen en Washington sin comunicárselo a las autoridades, lo que constituye un delito.
El proceso contra él es resultado de la investigación de Mueller, pero no está relacionado directamente con las actividades que desempeñó entre marzo y agosto del 2016 en la campaña del mandatario, donde llegó a ser el jefe hasta que se vio obligado a dimitir por ocultar el cobro de $12.7 millones procedentes de Yanukóvich.
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