César Farías fue quien designó a su hermano para dirigir a Bolivia

El vicepresidente de la FBF, Marco Rodríguez, afirmó que Daniel Farías fue designado por su hermano César para que dirija a la Verde en los próximos dos amistosos. El dirigente también dijo que se habló con otros entrenadores, pero nadie quiso asumir el reto.


Marco Rodríguez, vicepresidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), salió al paso de las críticas por la designación de Daniel Farías como técnico de la selección nacional para los amistosos que se disputarán este jueves y el sábado contra Corea del Sur y Serbia a jugarse en Austria. Rodríguez dijo que el venezolano forma parte del cuerpo técnico de su hermano César (designado interinamente) y que más bien, lo que se buscó fue solucionar un problema que dejó el anterior directorio.

"Es de conocimiento de todos ustedes que la anterior directiva selló estos partidos amistosos. El profesor  Mauricio Soria pidió no seguir en el cargo y nos quedamos nosotros con este problema", indicó a tiempo de señalar, sin dar nombres, que se contactaron de manera previa con varios entrenadores "y ninguno quiso hacerse cargo de la selección de manera interina".

Recordó que César Farias asumió la responsabilidad de hacerse cargo de la Verde de "manera gratuita para cumplir con los partidos que habían sido pactados". El actual también DT de The Strongest, no pudo viajar con el grupo porque este miércoles debe enfrentar con a Wilstermann por la final del Apertura.

"Daniel Farías forma parte del cuerpo técnico de su hermano y él fue quien lo designó para hacerse cargo", dijo en contacto con EL DEBER Radio. Sin embargo, la versión del pandino contradice a la realidad porque Daniel no vive en Bolivia. Es más para estos amistosos viajó directamente desde su país de origen hasta Austria, sede de ambos partidos.

El dirigente sabe que existe molestia de algunos técnicos y exfiguras del balompié nacional, como Julio Baldivieso y Marco Etcheverry que fustigaron la decisión de la FBF, pero dejó en claro de que ellos, como directivos, no podían dejar de asumir la responsabilidad de cumplir con esos compromisos. "Ya nos pasó una vez con Nigeria, cuando tuvimos que pagar un millón de dólares por haber cancelado un partido amistoso", puntualizó.