La población de jóvenes y negros registró los mayores incrementos en los índices de muertes violentas.
Durante el año 2016, en Brasil se registraron 62.517 homicidios,según información estadística aportada por el gobierno de esa nación y que aparece recopilada en el 'Atlas de la Violencia 2018', publicado por el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA) y el Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP).
Del total de homicidios durante ese año, 71,1 % fueron practicados con armas de fuego, destaca el documento.
La cifra es una "marca histórica" y responde a que ese país vive un "proceso de acentuada violencia", dice el informe.
El alto número de homicidios determina una tasa de 30,3 muertes por cada 100.000 habitantes, y corresponde a "30 veces la tasa de Europa".
Sólo en la última década, precisa el atlas, "553.000 personas perdieron sus vidas debido a la violencia intencional en Brasil".
Antes de este registro de 2016, la mayor tasa había sido cuantificada en 2014, cuando las autoridades informaron de 29,8 asesinados por cada 100.000 habitantes.
Sin asombro
Luego de analizar los datos del informe, el sociólogo brasileño Vinicius Sartorato indicó a este medio que, "en términos absolutos", durante 2018 hubo en "Brasil más asesinatos que en Siria, un país en estado de guerra civil"; al tiempo que calificó de "lamentable" haber superado ampliamente la media europea.
"Ambos datos, aunque expresivos, no llegan a ser una novedad para nadie, al contrario. Al estudiar el informe percibimos que las cifras muestran una tendencia que afecta en especial a jóvenes negros en las periferias de las grandes ciudades", explica Sartorato.
Región por región
El 'Atlas de la Violencia' determinó que, en medio de la elevada tasa de homicidios en la última década, se presenta una "enorme heterogeneidad" entre los estados. Por ejemplo:
- Sergipe: 64,7.
- Alagoas: 54,2.
- Rio Grande do Norte: 53,4.
- Sao Paulo: 10,9.
- Santa Catarina: 14,2.
- Piauí: 21,8.
Río Grande del Norte fue el estado con mayor crecimiento en la tasa de homicidios, con 256,9 %, mientras que Sao Paulo redujo sus índices en 46,10 %.
Para 2016, apenas siete estados brasileños (de 27 que integran el territorio) redujeron sus índices de violencia letal: Sao Paulo, Espíritu Santo, Río de Janeiro, Mato Grosso, Pernambuco, Paraná y Distrito Federal.
Mientras que, en contraste, Tocantins, Marañón, Sergipe y Río Grande del Norte incrementaron sus tasas por encima del 100 %.
Jóvenes y mujeres
Para los autores del atlas, el aumento de la violencia letal contra los jóvenes resulta "aún más grave", debido a que en el último año los homicidios fueron el 56,5 % de las causas de muerte de hombres entre 15 y 19 años.
Para la población joven de Brasil (entre 15 y 29 años), la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes fue de 142,7.
En el caso de la violencia contra la mujer brasileña, los autores del informe, además de analizar la evolución de los homicidios, incluyeron el 'feminicidio' como una subcategoría especial.
En particular, indicaron que las violaciones sexuales significan un "gran problema" para este país latinoamericano, al punto de que lo calificaron como un "fenómeno bárbaro": 68 % de los registros son de violaciones a mujeres menores de edad, "y donde casi un tercio de los agresores de las niñas (hasta de 13 años) son amigos y conocidos de la víctima, y otro 30 % son familiares cercanos, como madres, padrastros y hermanos".
En el 54,9 % de los casos de violación se documentó reincidencia y 78,5 % ocurrieron en la propia residencia de las menores.
Solo en 2016, 4.645 mujeres fueron asesinadas en todo Brasil, lo que se traduce en una tasa de 4,5 homicidios por cada 100 mil brasileñas. "En diez años, se observa un aumento del 6,4 %" en este renglón.
Los expertos que elaboraron el atlas destacaron el asesinato de Marielle Franco, por tener varios elementos llamativos para el análisis: "mujer, negra, madre y moradora de la favela de la Maré (…) La conmoción pública y la transformación de su nombre en símbolo de resistencia son signos de que la violencia contra la mujer está dejando de ser naturalizada", dice el documento.
Armas
Para cuando comenzó la década de 1980, la proporción de homicidios con uso de armas de fuego se situaba en Brasil en un 40 %. No obstante, ese índice "creció ininterrumpidamente hasta 2003", cuando llegó a 71,1 %, manteniéndose estable hasta 2016.
Cabe destacar que en cuanto a muertes derivadas de la intervención de la policía, el informe oficial expresa que los datos consultados podrían "llevar a grandes equívocos o distorsiones", ya que la diferencia entre las fuentes "supera el 67,5 %".
Color de piel
Por último, se analiza la desigualdad de las muertes violentas cuando se vincula con la raza o color de piel de las víctimas.
En la década pasada, asegura el atlas, se evidencia una disminución de 6,8 % en los casos de homicidios a "individuos no negros", mientras que la tasa de "victimización de la población negra aumentó en 23,1 %".
Mientras que en 2016 se presentó una tasa de homicidios de 40,2 para la población negra, ese mismo indicador fue de 16,0 para el resto de la población, "lo que implica decir que el 71,5 % de las personas que son asesinadas cada año en Brasil son negras o pardas".
Varias razones
Vinicius Sartorato estima que las razones que motivan ese cuadro de violencia son variadas.
"La cultura del más fuerte, del racismo y del machismo, sumadas a la pobreza, el fácil acceso a las armas de fuego y a la ausencia del Estado en políticas sociales para las periferias, profundizan el problema" en Brasil, dijo el sociólogo.
Desde el punto de vista institucional, agrega, "todavía tenemos en Brasil un nivel muy alto de crimen organizado, aunado a la desestructuración del sistema de seguridad pública, que empeora la situación".
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