Las selección anfitriona del Mundial de 2022 será una de las invitadas para la Copa que se jugará en Brasil el próximo año. La competencia será un termómetro para la escuadra cataría, que busca mejorar su nivel.
En el mundo del fútbol, Catar se ha acostumbrado a derribar barreras y a sorprender con sus proyectos, el último de ellos lograr ser invitado para disputar el próximo año la prestigiosa Copa América en Brasil.
El anfitrión del Mundial de 2022 será uno de los doce participantes en el torneo de selecciones más antiguo del mundo, que se disputará del 14 de junio al 7 de julio de 2019.
Sobre el papel, la idea de ver a una pequeña selección del Golfo Pérsico que ocupa el 101º puesto en el ránking FIFA jugando un torneo continental ajeno a miles de kilómetros de casa parece difícil de creer, pero la ocasión puede ser un trampolín enorme para Catar, necesitado de proyección internacional.
La Copa América cuenta con las diez selecciones sudamericanas, entre ellas tres excampeones mundiales (Brasil, Argentina, Uruguay).
Desde 1993, la Conmebol invita a países de fuera de su región. México, Costa Rica y Estados Unidos están entre los equipos anteriormente invitados.
Para la edición de 2019, ese honor será para dos equipos de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), ya que además de Catar también jugará el torneo Japón, elevando la cuenta a 12 participantes.
Pese a que contar con Catar pudiera parecer rebajar la competitividad de la Copa América, la Conmebol tiene otras consideraciones al respecto. Uno de sus objetivos es ampliar el impacto global del torneo, algo a lo que esta decisión puede contribuir.
"La presencia de ambas selecciones obedece al alto interés de la Confederación Asiática de Fútbol de participar en competencias de la Conmebol y al compromiso de la Confederación Sudamericana de aportar al desarrollo del fútbol a nivel mundial", dijo la organización cuando anunció la invitación a Japón y Catar, a principios de mayo.
Misión: 2022
Para Catar, estar en la Copa América se presenta como una ocasión de oro para ganar roce internacional y adquirir competitividad, pensando en ese Mundial de 2022 donde espera no irse a las primeras de cambio y hacer un papel digno.
Después de no lograr clasificarse para el Mundial de Rusia-2018, los responsables cataríes están preocupados por el proyecto deportivo para 2022.
El seleccionador nacional, el español Félix Sánchez, dijo a la AFP recientemente que jugar la Copa América sería muy importante "para el desarrollo de los jugadores".
Japón tuvo un caso parecido, cuando fue invitado para jugar la Copa América en 1999, tres años antes de albergar el Mundial de 2002, entonces de manera conjunta con Corea del Sur.
Para James Dorsey, especialista en política y fútbol de Oriente Medio en la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam de Singapur, los beneficios para Catar contribuyen también a su "reputación", en un momento de aislamiento del emirato por su conflicto con los vecinos.
El anuncio sobre Catar y la Copa América coincide también en el tiempo con el que la aerolínea Qatar Airways será el patrocinador de la camiseta del emblemático Boca Juniors argentino durante cinco años.
Hasta ahora, el mayor compromiso de Catar con el fútbol sudamericano era un estelar amistoso organizado entre Argentina y Brasil en noviembre de 2010. Pero ahora las relaciones son mucho más estrechas.
A finales de abril, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, viajó a Catar y se reunió con el emir Tamim Bin Hamad Al Thani, para hablar sobre la cooperación entre el país asiático y el fútbol sudamericano.
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