Luis Camilo Romero
Chuquisaca
vuelve al libreto de hace 11 años cuando bajo pretexto de lucha por la
capitalidad encontró que no era posible,
porque detrás de ese argumento, la intención era conspirar contra el
gobierno como fue contra la misma Asamblea Constituyente y ahora vuelve a
rechazar una oferta gubernamental que se trabajó en Cochabamba como
preacuerdo por el tema de Incahuasi.
Una asamblea de instituciones de Chuquisaca resolvió rechazar la propuesta y acordaron endurecer las medidas de presión
y activar mecanismos legales llegando al
noveno día de paro general e indefinido, además de piquetes de huelga de hambre y varias carreteras bloqueadas.
La
población es consciente de su movilización por sus demandas, pero lo
que no entiende es por qué tiene que sacrificar
a todo un pueblo por capricho y por someterse a los intereses de
políticos que lo único que buscan es responder a la línea conspirativa
de ir contra el gobierno como lo que hemos visto de sectores opositores
después del 21-F.
Una
vez más el capítulo de la historia de ir contra las aspiraciones de un
pueblo que se siente engañado por sus propios
dirigentes se repite, tal como fueron los días de la Asamblea
Constituyente, ya que el tema de la capitalidad formaba parte de una
estrategia para conspirar y hacer fracasar la aprobación de esa carta
magna.
Muy
similar a lo que se ofertó hace 11 años, recordemos que en esa
oportunidad el gobierno había ofertado a los dirigentes
del Comité Interinstitucional, que en Sucre irían a funcionar cuatro
importantes instituciones como el Tribunal Supremo Electoral, la
Procuraduría General del Estado, el Servicio de Impuestos Nacionales y
otras oficinas jurídicas del Ministerio de Justicia.
Ahora por el tema de Incahuasi, de igual modo, se planteaban cuatro importantes ofertas a la dirigencia cívica chuquisaqueña
y que con una señal clara de tinte político desestabilizador lo rechazan, volviendo al juego aquel del
todo o nada, para perderlo todo tal como la historia nos revela de hace 11 años.
Llama
poderosamente la atención que en vez de recurrir a espacios de diálogo,
la estrategia de los cívicos este enfocada
a reforzar los bloqueos en las provincias Nor y Sud Cinti además de la
localidad de Macharetí de la provincia Luis Calvo, abasteciendo a grupos
de choque con logística, dando la señal de mayor asfixia de ellos
mismos, porque ya la misma población está cansada
de los mandatos de una dirigencia que solo busca afanes conspirativos.
Los
signos del revanchismo, del odio y de racismo lo vimos ayer contra una
autoridad departamental y creímos que se habían
dejado atrás esas actitudes irracionales de parte de las dirigencias
que hasta poco condenaban esas muestras de racismo, ahora hagan alianzas
y trancen con sus mismos verdugos que mellaron su dignidad y ahora se
apresten a entrar en ese entramado sucio de
la confrontación, por el solo hecho de sacar cuotas de poder para fines
electorales.
Corresponderá
ser coherentes ahora, en responder a la oferta nacional de un
preacuerdo y garantizar desde el desarrollo de Chuquisaca,
dejando atrás los fantasmas del pasado, del odio y la confrontación,
las autoridades apuesten comprometidamente por el desarrollo de
Chuquisaca.
Para
los agoreros del fracaso, para aquellos que con
el pretexto de “sujetarse a la norma”, alientan de nuevo la
confrontación y llaman otra vez a la subversión, habrá que decirles que
gente consciente, ya estaba trabajando para cerrar las heridas de ese
pasado de odio e indiferencia para pensar en el desarrollo
de su pueblo.
Chuquisaca,
más allá de sus autoridades que la conduzcan, en estos últimos años, ha
cambiado
su fisonomía, hay que repensar en un departamento que ansía desarrollo,
que pide el progreso en el campo y la ciudad, en perspectiva de
consolidar la agenda para el 2025, pero por sobre todo, levantar la
dignidad de un pueblo que la pisotearon.
*Luis Camilo Romero, es comunicador boliviano para
América Latina y el Caribe
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