Luis García Meza, a su tumba con privilegios y secretos

Presidente de facto tras el golpe militar del 17 de julio de 1980 que derrocó a la presidenta Lydia Gueiler Tejada, el exgeneral del Ejército murió a las 03.30 de ayer en el hospital de la Corporación del Seguro Social Militar (Cossmil).

velorio. Los restos del dictador eran velados en la Catedral Castrense de la zona Irpavi, en La Paz.. Foto: Álvaro Valero

Se llevó a la tumba los secretos de su dictadura, entre ellos la ubicación de los restos de Marcelo Quiroga Santa Cruz, y una vida de reo rematado llena de privilegios hasta el velatorio en una capilla militar. Murió Luis García Meza Tejada a los 88 años, afectado por varios males.

Presidente de facto tras el golpe militar del 17 de julio de 1980 que derrocó a la presidenta Lydia Gueiler Tejada, el exgeneral del Ejército murió a las 03.30 de ayer en el hospital de la Corporación del Seguro Social Militar (Cossmil), en la zona Miraflores de La Paz. Según el certificado de defunción emitido por Heidi Pinilla, las causas de la muerte del paciente fueron “choque séptico de tipo pulmonar” y “neumonía intrahospitalaria” que se decantaron con cuatro paros cardiorrespiratorios y una “falla orgánica múltiple”.

Lucía, hija del militar, contó que su padre sufrió los infartos entre la tarde del sábado y la madrugada del domingo; el último de ellos fue fulminante. No quiso dar más información sobre el caso y molesta inquirió a los periodistas: “¿No tiene derecho a morir?”. Cuando se le preguntó sobre la hora del fallecimiento, respondió: “¡Qué le importa!”.

En horas de la mañana, el cuerpo del dictador fue trasladado a la Catedral Castrense, en la zona de Irpavi. A través de su dirigente Ruth Llanos, la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional de Bolivia (Asofamd) fustigó la decisión de velar a García Meza en un recinto militar. Al contrario, el que fuera abogado del exgeneral de Ejército, Frank Campero, defendió los honores e informó que la familia busca un sitio para el entierro y un homenaje militar para el fallecido, aunque esto último espera “la respuesta del Comandante de las Fuerzas Armadas”.

Fuente: La Razón