La organización ecologista Greenpeace dijo hoy haber descubierto un importante manto de rodolitos (algas calcáreas libres) en un área marina del océano Atlántico cuyos derechos de explotación fueron concedidos por Brasil a la petrolera francesa Total.
"Un equipo de científicos a bordo del navío Esperanza, de Greenpeace, documentó la existencia del manto de rodolitos en el área en que Total planea explotar petróleo, a unos 120 kilómetros del litoral norte de Brasil", denunció la organización internacional en un comunicado.
De acuerdo con Greenpeace, el descubrimiento prueba la existencia de una formación de arrecifes en el área que fue concedida y desmiente el Estudio de Impacto Ambiental que Total presentó a las autoridades brasileñas y según el cual la formación más cercana de corales estaría a unos ocho kilómetros de la región sobre la que tiene derechos.
"Ahora que sabemos que los corales de la Amazonía se sobreponen al perímetro de los bloques concedidos a Total, no le queda otra opción al Gobierno brasileño si no negarle la licencia a la empresa para que explote petróleo en la región", aseguró el director de Greenpeace para el área de energía en Brasil, Thiago Almeida.
Greenpeace viene promoviendo desde hace varios meses una campaña para impedir que Total pueda explotar las áreas para explotación en aguas profundas que se adjudicó en una subasta de concesiones organizada por el Gobierno brasileño y que están próximas a la desembocadura del río Amazonas.
De acuerdo con el grupo ecologista, el polémico proyecto de exploración de petróleo en la desembocadura del Amazonas, liderado por Total pero en asociación con la británica BP y la brasileña Petrobras, pone en riesgo un arrecife de coral descubierto en 2016 delante de la desembocadura del mayor río de Sudamérica.
Total rechaza que la exploración ponga en peligro el arrecife y asegura que el pozo en cuestión está a varios kilómetros del coral.
En enero del año pasado Greenpeace divulgó las primeras imágenes submarinas del arrecife de corales ubicado frente a la desembocadura del Amazonas.
La valiosa y hasta ahora poca conocida formación de arrecifes se extiende desde el estado brasileño de Maranhao hasta la Guayana Francesa y forma un arco en el océano Atlántico a unos 100 kilómetros de la desembocadura del Amazonas.
"Descubrir que los corales de la Amazonía se extienden más allá de nuestras estimativas anteriores fue uno de los momentos más emocionantes del estudio que hicimos sobre ese ecosistema", afirmó el oceanógrafo Fabiano Thompson, investigadores de la Universidad Federal de Río de Janeiro, que participó en la expedición realizada este año por Greenpeace.
La nueva expedición mostró que el área de corales, inicialmente calculada en 9.600 kilómetros cuadrados, puede extenderse por cerca de 56.000 kilómetros cuadrados, según el grupo ecologista.
"Aún sabemos muy poco sobre ese nuevo ecosistema fascinante y lo que sabemos hasta ahora indica que cualquier actividad de perforación de petróleo puede perjudicarlo seriamente", agregó Thompson citado en el comunicado de Greenpeace.
Según la organización, un estudio que será publicado en las próximas semanas en una revista científica reveló que los arrecifes en la Amazonía pueden ser un corredor de biodiversidad conectado al Caribe, con fauna compartida en ambas regiones y una alta riqueza de especies.
Fuente: Opinión
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