La víctima relató que ella fue arrestada tras ser denunciada por su suegro y que, sin el video, que se hizo viral en las redes, habría impunidad.
El teniente de Ejército Pablo M.C. se sometió ayer a una audiencia de medidas cautelares y la Fiscalía lo imputó por la presunta comisión de dos delitos: tentativa de feminicidio y violencia familiar en contra de su pareja, Karina. La jueza de Montero ordenó su detención preventiva en la cárcel de Okinawa que está situada en ese municipio.
La pareja mantenía una relación sentimental desde hace un año y medio. El domingo 22 de abril ambos discutieron y el teniente reaccionó golpeando a Karina. Ella quiso irse, pero Pablo no la dejaba, por lo que ella intentó arrojar su ropa por la ventana. El teniente la tomó del cuello, la elevó, la arrastró unos dos metros e intentó estrangularla. Karina se desvaneció y cayó de frente contra algún filo, abriéndose una herida profunda que requirió una sutura de 10 puntos. Los médicos constataron que sufrió un traumatismo encefalocraneal que le ha dejado secuelas como fuertes dolores de cabeza, vómitos y la visión borrosa en un ojo.
La víctima relató que al volver en sí vio un charco de sangre en el piso y al teniente intentando que ella reaccionara. “Él limpió la sangre y me acorraló en una esquina para que no salga ni llame a nadie”.
La Policía llegó y los arrestó a ambos. El padre del agresor la había denunciado para intimidarla e incluso la llamó para insultarla, aludiendo a “su origen colla”. Karina relató que los policías liberaron a Pablo y que tanto en Montero como en Warnes se negaron a tomarle la denuncia de violencia a ella. La madre de Karina dijo que militares fueron a su departamento para intentar una requisa, pero la Fiscalía no confirmó este hecho.
Karina lloraba de dolor y de impotencia dentro de un auto el miércoles, cuando un peatón la vio y filmó su relato. Subió el video a las redes sociales y se hizo viral. El repudio general logró que las autoridades se movilicen como debieron hacerlo desde el principio.
Evidencias
La Fiscalía allanó la casa del militar y halló el edredón y un trapeador con el que limpió la sangre de su víctima.
Fuente: Opinión
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