El proyecto es coordinado por la Gobernación de La Paz, a través del Servicio Departamental Agropecuario (Sedag), que invirtió casi Bs.300.000 y se sustenta en un modelo de producción en el que los comunarios son trabajadores y propietarios a la vez.
En las comunidades Jerusalén y Ch’iji Pucara, del municipio paceño de San Andrés de Machaca, 92 familias organizaron una empresa comunitaria para emprender la producción a gran escala de forraje. Similares planes se replican en Papelpampa y Umala.
El proyecto es coordinado por la Gobernación de La Paz, a través del Servicio Departamental Agropecuario (Sedag), que invirtió casi Bs.300.000 y se sustenta en un modelo de producción en el que los comunarios son trabajadores y propietarios a la vez.
“Este es ejemplo objetivo de empresa comunitaria y de producción agropecuaria a escala (…) Qué tal sería nuestra Bolivia si en el valle y el altiplano sembráramos alfa alfa, cebada para apoyar nuestro ganado camélido, vacuno, o cultivar verduras, maíz y otros”, dijo el gobernador Félix Patzi, cita una nota institucional.
“Bolivia cambiaría y los municipios planificarían su sistema de producción”, añadió.
La autoridad regional se trasladó hasta San Andrés de Machaca para participar del comienzo de la cosecha 200 hectáreas de forraje.
En Papelpampa y Umala se cultiva para la campaña 2018-2019 200 hectáreas de cebada y pasto llorón y otras 400 de alfa alfa.
No obstante, Patzi admitió que resta mucho para alcanzar a regiones como Santa Cruz, por ello comprometió incrementar el presupuesto para ese cometido.
“Cuando el impacto es mayor, y existen ejemplos claros, esto contagia a varios municipios; por ahora falta más maquinaria para ampliar la producción”, explicó.
Fuente: La Razón
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